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Certificación energética

El concepto básico es que se trata de un procedimiento de calificación de la eficiencia energética de un edificio o vivienda respecto a un determinado valor de demanda energética tipo, diferente para cada zona climática.

 

Se asemeja mucho a la certificación energética de los electrodomésticos utilizando las mismas letras o símbolos de referencia; así un edificio con calificación energética “C” es mas eficiente que otro con letra “E” y menos eficiente que otro con letra “A”.

 

Por un lado se contabiliza la demanda energética utilizada para calefactar, refrigerar y calentar el agua sanitaria del edificio en Kwh/m2 año y por otro la emisión de CO2 a la atmósfera por cada metro cuadrado de superficie útil del edificio o vivienda, contabilizada en Kg. de CO2 /m2 año. A modo de ejemplo si se utiliza como combustible el gas natural la eficiencia mejorará respecto a combustibles mas “sucios” como el gasóleo o el gas propano. 

 

Como combustible más “limpio” se considera a la biomasa ya que, aun siendo emisor de CO2 en su combustión, previamente se ha sintetizado en la planta por acción de la fotosíntesis quedando una parte importante del CO2 absorbido en el subsuelo en forma de raíces y humus.

Es importante reseñar el interés de la Comisión Europea en que se utilice la biomasa como combustible ya que se trata de recursos próximos a la zona de consumo (ahorrando costes y evitando el peligro del transporte de los combustibles fósiles más utilizados), reduciendo la dependencia energética del exterior, que en España llega al 88%, y facilitando trabajo y recursos económicos a zonas rurales más necesitadas de inversiones y trabajo. Por último fomentará la utilización de recursos forestales y de residuos agroalimentarios, facilitando la limpieza y mantenimiento de los bosques y el tratamiento y valorización de los residuos. Resumiendo lo anterior, la certificación energética nos sirve para visualizar y valorar el menor gasto energético de un edificio o vivienda y por tanto el ahorro en el coste de la energía consumida y también el coste medioambiental aparejado al utilizar energías más o menos “limpias” en la emisión de gases de efecto invernadero.

 

La electricidad y las pilas de combustible de hidrógeno no se consideran, de momento, una energía limpia puesto que para su elaboración se utilizan en parte combustibles fósiles muy contaminantes como el carbón, gas o fuel, o se producen residuos radiactivos de las centrales nucleares. La contribución cada vez más importante de las energías renovables al mix eléctrico peninsular (España y Portugal) irá mejorando paulatinamente la calificación de los sistemas que utilicen la energía eléctrica para calefactar o refrigerar los edificios. Otra cuestión será la utilización de energías renovables instaladas en el propio edificio para autoconsumo eléctrico o energético que lógicamente se evaluarán como emisiones cero de CO2.

 

- El propietario del edificio completo, vivienda o local destinado a uso independiente o de titularidad jurídica diferente será responsable de encargar la realización de la certificación de eficiencia energética del edificio y de su registro ante el Órgano competente de la Comunidad Autónoma. También será responsable de conservar la correspondiente documentación.


Contendrá como mínimo la siguiente documentación

Documentación conteniendo un listado con medidas de mejora recomendadas por el técnico calificador, que permitan en el caso de que el propietario del edificio o vivienda decida acometer voluntariamente esas medidas, que la calificación energética obtenida mejore notablemente dentro de unos costes razonables. Este apartado se explica pormenorizadamente en la pestaña “EVALUACIÓN ENERGÉTICA”.

Calificación de la eficiencia energética del edificio o vivienda prevista mediante la Etiqueta Energética, que deberá ser incluida en toda oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta o arrendamiento.

Identificación del edificio y, en su caso, de la parte del mismo que se certifica. 

Posibilidades de instalación de energías renovables en los edificios

Según la Directiva de la Comunidad Europea 2010 / 31 / UE de Eficiencia Energética en los Edificios, todos los edificios públicos construidos a partir del año 2018 y el resto a partir de 2020 deberán ser de consumo nulo o casi nulo. Esto quiere decir que deberán producir prácticamente la energía que consumen. Si analizamos los datos de demanda de energía de la edificación en la Comunidad Europea podemos calificar la Directiva de revolucionaria.

Pasemos a analizar los datos:

Los edificios en la Comunidad Europea son responsables de:

                40% de la Demanda de Energía Primaria

                60% de la Demanda de Electricidad 

                40% de las Emisiones de CO2

                50% de las Materias Primas Consumidas

                30% de los Residuos (136 millones Tn/año)

                20% del Consumo Agua Potable  

Si la Directiva se cumple en todos los aspectos supondrá una importante reducción de la energía consumida. Para llevarla a cabo no solo habrá que construir edificios muy eficientes que demanden poca energía y diseñados con criterios bioclimáticos o “pasivos”, sino que necesariamente tendrán que producir su propia energía para autoconsumo.

Tampoco hay que perder de vista que la finalidad de estas medidas son principalmente dos: reducir la dependencia energética de la Comunidad Económica Europea y dar cumplimiento a los protocolos firmados sobre el Cambio Climático y la reducción de los Gases de Efecto Invernadero.

Pero si observamos los porcentajes apuntados, los edificios también son responsables del 50% del consumo de materias primas, del 30% de los Residuos o del 20% del consumo de Agua Potable que tienen gasto energético aparejado para su producción, transporte, reciclaje o depuración.

Por tanto será necesario incidir en la reforma y rehabilitación de los edificios existentes como forma de ahorro de recursos y materias primas, teniendo en cuenta que las tasas de crecimiento económico actuales y la forma de utilizar los recursos abocan al Planeta al agotamiento, al ser dichos recursos finitos y cada vez menos accesibles. Por último queremos resaltar el agotamiento del modelo económico español basado en la construcción de nuevos edificios. Las tasas negativas de crecimiento demográfico, junto con la emigración debida a la falta de puestos de trabajo, producirá de nuevo, en un futuro próximo, un exceso de edificios residenciales, administrativos o dotacionales.

Existe una alternativa y es la reforma y rehabilitación energética de los más de 25 millones de edificios existentes en nuestro país, construidos y diseñados para consumir, en su mayoría, combustibles fósiles cada vez más caros e inaccesibles. Apostar por este modelo, más que una alternativa, es una prioridad que debe instalarse en nuestra conciencia colectiva y que revitalizará indudablemente un sector, el de la construcción, vital para nuestra economía. 

Pasemos a comprobar las múltiples soluciones alternativas de producir energía propia en los edificios con retornos inmediatos de la inversión realizada expresados en porcentajes y plazos. 

Se trata de la alternativa más sencilla, limpia y económica de producir energía eléctrica para autoconsumo. Son instalaciones modulares que se adaptan con exactitud a la potencia demandada y no necesitan mantenimiento, únicamente revisiones periódicas anuales. La bajada paulatina de los precios de los módulos de silicio (segundo elemento más abundante de la Tierra) y la subida de las tarifas eléctricas hace que los rendimientos sean cada vez mayores rondando en la actualidad el 15% de la inversión, con plazos de retorno de 6-7 años y una vida útil de la instalación de 25-30 años.

                                    

Instalación de 9 Kwp de potencia en Nave de Distribución de Productos Farmacéuticos DISPAFAR PALENCIA. La instalación se reduce a las placas fotovoltaicas y el inversor que podemos observar en las fotografías.

Realizada por ENERPAL S.L. Edificio diseñado por el arquitecto Enrique Junco Navascués

Instalación imprescindible donde la demanda de agua caliente sanitaria sea importante, como en edificios residenciales, hoteles, hospitales, instalaciones deportivas etc. Son modulares y por tanto se adaptan perfectamente a las necesidades de la demanda. La instalación es más complicada que la fotovoltaica, necesitando de depósito acumulador y de circuitos de adaptación a la instalación existente, además de un mantenimiento preventivo. Con todo, la obligatoriedad de este tipo de instalaciones desde la aplicación del Código Técnico (año 2.006), ha reducido su coste, aumentado su fiabilidad y vida útil. Los plazos de retornos de la inversión y los rendimientos son similares a la fotovoltaica si incluimos los gastos de mantenimiento.

                                                                                                           

Instalación de paneles solares para producción de ACS en Grijota Golf. En las imágenes se pueden observar los depósitos de acumulación y los intercambiadores de placas.

Son la alternativa perfecta a la sustitución de las viejas calderas de gasóleo existentes, ya que se sustituyen los depósitos por silos sin necesidad de más espacio y las calderas y tiros de chimeneas son de tamaños similares. Por tanto el cambio no requiere de obras ni mayores inversiones que las imprescindibles y los ahorros en costes de combustible son en estos momentos del 50%. Ya hemos apuntado las ventajas económicas y medioambientales de utilizar la biomasa como combustible en la pestaña “QUE ES UNA CERTIFICACIÓN ENERGÉTICA” por eso todos los edificios que cumplan el Código Técnico y tengan biomasa como combustible obtienen la CLASIFICACIÓN ENERGÉTICA Letra “A”.

                                                                                                                                                                            

Instalación de caldera de biomasa y silo para pellets en nave de CENFARTE. Arquitecto Enrique Junco Navascués

Se trata de una novedad y no es habitual encontrar aerogeneradores en edificios lo que ocurre es que se complementa de manera perfecta con las placas fotovoltaicas, ya que los días soleados suelen coincidir con situaciones anticiclónicas sin viento y, al contrario, los días nubosos suelen coincidir con borrascas acompañadas de viento. Por tanto se trata de una combinación perfecta para la producción de electricidad para autoconsumo. El problema pueden ser los ruidos y vibraciones producidos por los aerogeneradores de eje horizontal, por eso están apareciendo nuevos modelos de eje vertical que, aun teniendo menores rendimientos, no producen molestias. Se acompaña un ejemplo de reciente aparición en el mercado realizado con tecnología española. Los rendimientos de la energía minieólica para autoconsumo están todavía en estudio, pero indudablemente serán iguales o mejores que los de la tecnología fotovoltaica. 

                                                                                                                                              

Generador eólico de eje vertical Kliux para producción de electricidad y tecnología 100% española. Funciona sin producir ruidos ni vibraciones, perfecto para ubicar en edificios y en zonas urbanas.

La geotermia de baja entalpía es otra de las energías con mejores perspectivas para un futuro próximo facilitado por los mapas de potencial geotérmico del subsuelo en proceso de ejecución y que ya se han realizado en alguna Comunidad Autónoma (Cataluña). Es cierto que no todos los subsuelos son adecuados para los pozos o sondas geotérmicas, pero en general son los valles fluviales donde se suele tener mejores recursos y es precisamente donde se sitúan la mayoría de las ciudades y grandes urbes. La temperatura constante del subsuelo a 60-100 metros de profundidad (entre 16 y 20 ºC) es aprovechada por el sistema de las bombas de calor eléctricas para calentar o refrigerar un circuito secundario destinado a climatizar los edificios. Los ahorros producidos por esta tecnología, si la temperatura del subsuelo es adecuada, suelen ser entre el 40 y 70% del consumo, tanto para calentar como para refrigerar. De manera similar se puede aprovechar el calor específico del aire o del agua siempre que la climatología del lugar o el acuífero sean adecuados.

Bombas de calor aerotérmicas en Grijota Golf

Este tipo de aprovechamientos son posibles gracias a las bombas de calor, sistemas cuyos rendimientos han ido aumentando paulatinamente llegando en la actualidad a COP (coeficiente de rendimiento) de 5,5, es decir que por cada Kw. eléctrico obtenemos 5,5 Kw. térmicos. Las posibilidades que ofrece esta tecnología son múltiples y variadas y se puede combinar la geotermia y la aerotermia por medio de pozos o tubos que precalientan el aire del exterior (denominados tubos canadienses) o paneles térmicos con bombas de calor agua-aire. En todos los casos los rendimientos son magníficos y los plazos de retorno de la inversión superiores al 15%.

Conclusiones

La tecnología actual permite en una gran parte de edificios autoabastecerse de la energía necesaria para su correcto funcionamiento y uso, una vez se hayan acometido las mejoras en la eficiencia energética y se instalen las distintas soluciones, comentadas en este punto, para la producción de energía.

Lo que está ocurriendo con las energías renovables se trata sin duda alguna de una revolución energética sin precedentes una vez que ha quedado constatado que la energía atómica de fisión o fusión no va a ser la alternativa a la era de los combustibles fósiles. Estamos ya, sin darnos cuenta, en una nueva época, una nueva cultura cuya fecha de inicio puede coincidir perfectamente con el inicio de la crisis financiera mundial de 2.007. Hemos vivido hasta ahora de espaldas a las necesidades y correcto uso de nuestro planeta, derrochando y malgastando unos recursos finitos sin atender a los continuos avisos dados en forma de cambio brusco de la climatología y de una irreparable pérdida de la biodiversidad.

Pensemos que la Tierra recibe diariamente energía solar con la que se podría generar sin problemas (ocupando simplemente la cubierta de los edificios o una parte muy pequeña de las zonas desérticas) el consumo global de energía o que existe recurso eólico suficiente (una vez más aprovechando las ubicaciones más ventosas) para producir setenta veces el consumo anual de electricidad. Y recordemos que el sol y el viento son inagotables y gratuitos.