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Evaluación y auditoría energética

Una Evaluación Energética es una comprobación y estudio de una serie de parámetros, que ahora detallaremos, acompañado de un diagnóstico sobre la eficiencia energética del edificio y las posibilidades de mejora. En el caso de grandes empresas, se realizará en forma de Auditorías Energéticas de obligado cumplimiento según la nueva Directiva Europea 2012/27/UE. Actualmente está en fase de desarrollo una norma europea específica sobre Auditorías Energéticas.

 Se trata en definitiva de unas recomendaciones sobre los elementos constructivos del edificio y sus instalaciones con posibilidades de sustitución o mejora acompañadas de un avance de presupuesto y del ahorro energético que ello conlleva. Mediante estas mejoras de eficiencia podremos obtener, como mínimo, una calificación energética mejorada en dos letras si nos encontramos en la letra G, F, E ó D y en una letra si nos encontramos en C ó B.

 Teniendo en cuenta que en la construcción de un edificio, con una vida útil media de entre 80 y 100 años, se consume una gran cantidad de energía (más del 60% de toda la energía global consumida en su vida útil) podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el edificio medioambiental más “sostenible” es el ya está construido y siempre será más recomendable apostar por una rehabilitación y mejora energética que su derribo.

 

Los aspectos objeto de estudio en un edificio serán por orden de importancia los siguientes:

Envolvente térmica

Es la piel del edificio, sus cerramientos exteriores: suelos, muros y paredes perimetrales, techos, cubiertas y carpinterías exteriores (ventanas y vidrios); son los responsables del mantenimiento de la temperatura de confort en el interior del edificio o vivienda, resguardándonos del frío o del calor y de las inclemencias meteorológicas del exterior. Hasta la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación (año 2.006) las condiciones de aislamiento de los edificios eran muy poco exigentes en cuanto al nivel de aislamiento de las carpinterías, suelos y cubiertas de los edificios, principales responsables del gasto energético.

 

La mejora sustancial tanto de los aislamientos como de las carpinterías, repercute directamente el ahorro anual de energía consumida, con costes de ejecución asumibles y con retornos inmediatos de la inversión realizada. La evaluación considerará los costes-beneficios por orden de prioridades y facilidad de ejecución de las distintas opciones a considerar. 

Pensemos, por ejemplo, que un cambio de las ventanas y vidrios exteriores de máxima eficiencia pueden suponer ahorros de hasta un 30% en la factura energética.

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Instalaciones térmicas

Estufa de Pellets Fuente: Torregest 

Son las responsables de calefactar o refrigerar el ambiente interior del edificio a los niveles de confort de la temperatura y humedad relativa del aire.

El cambio o mejora de estas instalaciones puede suponer un ahorro importante en los consumos de energía, independientemente del combustible utilizado.  Así, el simple cambio de una caldera de gas natural de combustión atmosférica a combustión estanca de condensación, puede suponer un ahorro anual del 15%, con lo que la inversión realizada se recupera en dos, tres o cuatro años, dependiendo del consumo.

Si se decide cambiar de combustible, se pueden mejorar sustancialmente los rendimientos tanto económicos como energéticos; las calderas de biomasa o las bombas de calor geotérmicas logran ahorros de más del 50% del coste energético.


Ventilación

Una adecuada recuperación del calor del aire de renovación mediante “intercambiadores de calor” es otra de las inversiones más rentables que se pueden acometer en la búsqueda de la eficiencia energética de un edificio, mejorando además la calidad del aire interior mediante el filtrado del aire de renovación.

Recordemos la importancia de una adecuada renovación del aire viciado del interior para la buena salud de los usuarios y residentes de viviendas y edificios, ya que, aparte del CO2 y vapor de agua que se produce en la respiración pulmonar, es necesario eliminar moléculas y gases tóxicos provenientes del cocinado de alimentos, aparatos eléctricos o materiales sintéticos.

Fuente: Recuperador de Calor Sodeca


Iluminación

Fuente: ERCO LED

Es el campo donde más se está avanzando en el campo del ahorro energético. La aparición en el mercado de nuevas bombillas de bajo consumo y lámparas LED combinado con detectores de movimiento o la domótica pueden reducir los consumos eléctricos en iluminación hasta en un 80%.

Si además tenemos en cuenta el aumento de la vida útil y la ausencia de mantenimiento de este tipo lámparas obtenemos una rentabilidad y retorno de la inversión muy interesante.


Sanitarios, ascensores, electrodomésticos y otras instalaciones

No todos los criterios de ahorro se tienen en cuenta a la hora de obtener una mejora en la calificación energética actualmente establecida y por eso existen otras calificaciones de reconocido prestigio mundial que recogen aspectos como el ahorro del consumo de agua, del consumo eléctrico de los ascensores, electrodomésticos o de la procedencia y naturaleza de los materiales utilizados en la construcción, reforma o rehabilitación de los edificios, procurando utilizar materiales ecológicos (maderas, corchos, piedra natural), próximos al lugar de construcción (ahorro en el transporte) o con certificado eco-sostenible (madera de bosques sostenibles, canteras de bajo impacto medioambiental etc.).

El Sistema de Clasificación de Edificios Sostenibles más conocido es el LEED® (Líder en Eficiencia Energética y Diseño sostenible).

Se trata de un sistema estándar internacional voluntario, basado en el consenso y en criterios de mercado para desarrollar edificios sostenibles de alta eficiencia.

Dependiendo del uso del edificio, el ahorro en el agua sanitaria puede ser muy importante. La utilización de aireadores y difusores en duchas y grifos y su posterior reciclaje para otros usos (sanitarios, riego etc.) puede suponer ahorros de hasta un 50% del agua consumida, lo que dependiendo del coste del agua puede suponer un cifra importante (pensemos en lugares con escasez de recursos hídricos como por ejemplo las Islas Canarias).

Lo mismo ocurre si se utilizan mucho los ascensores por disponer de un edificio en altura; los nuevos ascensores están dotados de mecanismos y sistemas más eficientes con recuperadores de energía eléctrica que aportan ahorros de hasta el 75% de la energía consumida por los sistemas tradicionales.

Por último, la utilización de electrodomésticos en horas valle de consumo con tarifas reducidas, mediante la aplicación de un sencillo dispositivo horario de puesta en marcha (por ahora solo es posible en conexiones trifásicas) sumada a la utilización de maquinaria de máxima eficiencia, reduce los consumos y el gasto de energía eléctrica hasta en un 80%.

La máxima calificación de eficiencia energética en todas las categorías

 

Ascensores Otis Gen2 han obtenido la máxima calificación en eficiencia energética según el 

estándar VDI4707 para las cinco categorías por intensidad de uso AAAAA. Fuente: Otis


Conclusiones

Una EVALUACIÓN ENERGÉTICA de un edificio resulta clave para estimular el ahorro y la eficiencia. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría del parque de edificios existentes, fueron diseñados y construidos sin ningún criterio de los antes expuestos y por tanto las posibilidades de mejorar las condiciones de confort del ambiente interior, con un retorno inmediato de la inversión realizada en forma de ahorro energético, son fácilmente constatables. 

Se trata de una hoja de ruta donde el propietario y/o usuario de un edificio o vivienda puede visualizar las posibilidades de inversión y mejora que repercutirán inmediatamente en el ahorro de la energía demandada y en la revalorización del inmueble.

No se trata pues de un gasto superfluo sino de una oportunidad de inversión donde el cliente es uno mismo y donde las rentabilidades y el retorno de la inversión realizada son siempre excelentes.